Es habitual ver casas antiguas, masías y caseríos que se están cayendo y degradando en los pueblos y zonas alejadas. Muchas de esas grandes construcciones a medio caer son de propietarios que las compraron en su día para especular o que forman parte de una herencia. A veces el propietario pudo invertir en la compra, pero a menudo ha dejado la restauración para los “años buenos”. Con un valor catastral no actualizado desde hace décadas, los propietarios pagan unos impuestos ridículos por un desgaste de recursos y tierras que no se aprovechan.
Hay estadísticas que dicen que hay más de un millón y medio de hogares españoles en los que no trabaja ningún miembro de la familia. Otras noticias auguran que medio millón de familias perderán su casa del 2012 a 2015 y se sumarán al 20% de casas vacías que ya tenemos. Además, en otras zonas menos céntricas se pierden pueblos cada año: en Asturias ya hay 672 pueblos abandonados, y cada año suman otros 5. Resumiendo: cada vez hay más patrimonio desaprovechado y más gente en la calle y viendo que en mi opinión la ocupación no es la salida, hago la propuesta de un nuevo impuesto.
El impuesto a la degradación del patrimonio es una propuesta personal y que no irá más allá de este blog. Pero creo que sería una herramienta factible para ingresar más impuestos en el Estado y que además mejoraría otros sectores económicos y sociales. Este impuesto sería el pago sobre las edificaciones que no se están manteniendo y que se están deteriorando al cabo de 20 o 30 años. Hablamos incluso de casas que superan los 100 años sin inquilinos. Este impuesto debería ser muy elevado para que los propietarios tuvieran 3 opciones:
- Pagar el impuesto hasta que la arreglen
- Arrendar la vivienda por un precio simbólico a cambio de una rehabilitación
- Vender la vivienda para que gente que quiere y puede aprovecharla, pueda hacerlo
Por otro lado, creo que esta medida tendría otros efectos positivos:
- Aumentaría los ingresos por impuestos
- Aumentaría la oferta de alquiler y de venta rústica
- Mejoraría el sector de la construcción (rehabilitación)
Conclusiones
Creo que hoy he pensado demasiado y me ha salido lo que me ha salido… Hace un tiempo que me sorprendo de la cantidad de correos que recibo de gente que pregunta dónde puede ir, porque ha perdido su trabajos y su vivienda. Gente que quiere seguir luchando y que lo tiene difícil porque seguimos viviendo en un mundo que creen poseer unos pocos. Tristemente, creo que el feudalismo y la esclavitud no se abolieron, siguen en pie con más fuerza que nunca. Y el derecho a una vivienda digna parece ser una utopía, algo del pasado que tardará en volver.
Debemos reclamar nuevas medidas para cambiar el mundo, los políticos deben gestionar las solicitudes del pueblo a su petición, no somos meros espectadores de nuestra sociedad. ¡Somos los protagonistas!